Los chakras, o ruedas en sánscrito, son unos centros energéticos y de conciencia o percepción que conforman nuestro cuerpo energético inmaterial. Este cuerpo energético regula nuestro cuerpo físico y ocupa su mismo espacio aunque su campo puede extenderse más allá de él e incluso separarse en sueños y viajes astrales.
El cuerpo energético es un puente entre el cuerpo físico y la mente. La mente puede manifestarse como sonidos, colores, palabras, imágenes, sentimientos y sensaciones que pueden ser abstractas o concretas.
El poder de la mente, consciente y subconsciente, la imaginación, el entendimiento y especialmente las emociones se manifiestan gracias a este cuerpo energético, sin él seríamos cuerpos inanimados, como robots.
Los chakras se comunican entre ellos a través de canales o nadis por donde circula la energía vital. Estos canales en medicina tradicional China se conocen como meridianos y no sólo se comunican entre sí y con los chakras si no que a través del cerebro y sistema nervioso también regulan nuestros órganos corporales garantizando la armonía de nuestros sistemas muscular, nervioso, endocrino, circulatorio, cardiorrespiratorio etc...
Hay siete chakras principales que se encuentran a lo largo de la espina dorsal: Muladara o raiz en la base de la columna, Svadistana en los genitales, Manipura en el plexo solar, Anahata en el centro del pecho junto al corazón, Visuda en la garganta, Ajna en el entrecejo y Sahasrara en la coronilla de la cabeza.
Se habla de los chakras no sólo en la tradición hindu y budista, los mesoamericanos los denominaban cuecueyos y en la tradición cristiana Santa Teresa de Jesús y otros místicos hablan de las siete Moradas o llamas sagradas.
